El equipo de gobierno se ha puesto el casco de obra y se ha remangado, y ha minado el pueblo de obras y arreglos por doquier. Vallas y señales de obras por todos lados y a arreglar se ha dicho. Les ha entrado el gusanillo de manitas y, el año previo a las elecciones, quieren arreglar un desaguisado de gestión. Tres años de parálisis y ahora el gasto en obras, algo que no es casual, se dispara enormemente.

Calles, monumentos, edificios, plazas, instalaciones públicas, abrir museos y un largo etcétera. ¿Por qué ahora? ¿Por qué han dejado cosas sin reparar para ahora venir diciendo que ellos lo arreglaron? ¿Por qué antes no interesaba y ahora no importa lo que arreglar? ¿Cuánto nos va a costar? ¿Por qué han programado obras durante el verano afectando claramente el turismo?

Esto no son formas de gobernar. Todo para el último día, con poco previsión y sin consenso con los vecinos más afectados. Lo que sea por seguir gobernando.